Disfunciones sexuales más frecuentes

En muchas ocasiones de la vida de los seres humanos se producen problemas a la hora de disfrutar el sexo. Los hay de dos tipos fundamentales: los psicológicos, que requieren tratamiento específico por parte de un psicólogo y son solventables si se sigue correctamente una terapia, y los fisiológicos, que requieren de medicación y, en casos extremos, de intervención quirúrgica.
En todo caso, si tienes algún problema sexual, no dramatices y consulta a los expertos en sexología. Para que tengas alguna información previa, consulta la siguiente información. Una vez estés más informado sobre qué tipo de problema tienes consulta en nuestra base de datos qué sexólogo tienes más cerca.

Causas de las disfunciones sexuales

Una disfunción sexual es la ausencia o modificación de una o varias fases de la respuesta sexual (deseo, excitación, orgasmo, resolución y satisfacción). La cantidad de las causas responsables de la aparición de estas disfunciones es amplia.
Lo más frecuente es la multicausalidad, la unión de factores orgánicos y psicológicos que la persona padece (diabetes, hipertensión), junto a la ingestión de sustancias (antihipertensivos, antidepresivos, alcohol, tabaco, drogas ilegales) y la aparición de ansiedad ante el hecho de culminar una relación sexual, sobre todo cuando las anteriores han sido fallidas.
  • Factores psicológicos: los seres humanos basan su comportamiento en conseguir atención y afecto, buscando algo de alguien, evitar lo que les molesta o hacer las cosas por el propio placer; en resumen, evitan lo que les incomoda y se aproximan a conductas placenteras. Cuando una respuesta no es sexual no es agradable habrá una alteración emocional, dicha alteración puede producir una serie de expectativas negativas que dificulten la realización completa del acto sexual. Los factores psicológicos se pueden dividir en factores interpersonales y personales:
  • Factores interpersonales. Los más frecuentes suelen ser los problemas de pareja, que se suelen dar cuando no se sabe resolver un problema sexual por una deficiente comunicación y se hace responsable al otro; la responsabilidad de un problema de este tipo es mutua. En otros casos se une el sexo como elemento de lucha por el poder o el control, como moneda de cambio o como pago a un hecho que nos molesta del otro. También hay falta de atracción física o un desencanto emocional largamente vivido.
  • Factores personales. La falta de información sobre la sexualidad ha provocado que muchos problemas sexuales no se hayan resuelto, sobre todo en las personas mayores a las que les faltó una adecuada educación sexual. Sin embargo, todavía se observan muchas lagunas en la educación sexual que perpetúan mitos que dificultan una vida sexual satisfactoria. Dichas ideaciones suelen provocar desajustes en la relación de pareja con respecto a lo que es o no correcto. Esta falta de información con respecto al sexo influye mucho en la actitud hacia el mismo. En vez de ayudar la información veraz y objetiva, se trata de asustar a la población o de cambiar la expresión normal de la sexualidad por algo oscuro y sucio. Se pueden dividir en:
    • Miedo al fracaso: miedo a no responder a una relación sexual cuando no se ha tenido una o las anteriores no han ido como esperaban. Este factor no sólo se da durante la relación sexual sino que se puede mostrar como un pensamiento recurrente a lo largo del día.
    • Ansiedad de ejecución: dicha ansiedad, al igual que el miedo, disminuye las respuestas placenteras y altera el organismo, dificultando las reacciones fisiológicas necesarias para la respuesta sexual.
    • "Rol del espectador": asociado al anterior, consiste en autoobservar la respuesta sexual para evaluarla. Al ser la excitación y el orgasmo un reflejo involuntario, su control impide la erección, la lubricación vaginal o la consecución orgásmica. Dichas ideaciones recurrentes dificultan el disfrute de la relación sexual.
    • Estrés: el cansancio y la excitación extrema, sea por motivos educativos, laborales o sociales hacen que la respuesta sexual sea de peor calidad.
    • Problemas psicológicos: cuando uno de los dos miembros de una pareja o una persona presenta problemas de carácter psicológico (depresión, psicosis, anorexia, ansiedad, transtornos de la identidad sexual, parafilias, etc) puede mostrar efectos contraproducentes tanto de la propia enfermedad como del medicamento usado para tratarla.
Factores biológicos: existen varias patologías, enfermedades médicas y fármacos que interfieren en los procesos neurológicos, vasculares o endocrinos de la respuesta sexual humana.
  • Problemas vasculares: cualquier problema de este tipo puede impedir la vasocongestión de la zona genital pudiendo causar problemas en la fase de excitación (erección en el varón y problemas de lubricación y tumefacción vaginal en la mujer). Estas pueden ser: arteriosclerosis, hipertensión arterial, diabetes mellitus, enfermedad de Peryonie, algunas fracturas pélvicas, hiperlipemia (colseterol). También el abvuso del alcohol y del tabaco también suelen tener consecuencias en la vascularización del aparato genital humano.
  • Problemas neurológicos: las lesiones medulares pueden causar dificultades en la excitación, orgasmo o eyaculación en función del grado de afectación de la médula espinal; también la esclerosis múltiple y las fracturas craneales con afectación neuronal pueden dificultar la relación sexual.
  • Problemas endocrinos: problemas hormonales, como el déficit de testosterona o elevados niveles de prolactina. Otros trastornos derivados de lesiones testiculares, hipófisis, tiroides o suprarrenales suelen aparejar bajo deseo sexual.
  • Problemas farmacológicos: los principios activos de varias medicaciones pueden afectar al rendimiento sexual. Se conocen efectos negaticvos en medicación neuroléptica o antipsicótica, antidepresivos, antihipertensivos y ansiolíticos.
Factores socioeducativos: también existen varios factores relacionados con la educación sexual adquirida por el ser humano. Los mitos y los tabúes pueden ser determinantes a la hora de estropear una vida sexual sana y saludable.
  • Culto al coito: en nuestra cultura la conducta sexual por excelencia de los adultos es el coito. Centrarse excesivamente en este tipo de conductas hace que muchas personas no valoren otros aspectos del contacto físico y demostraciones de afecto que no incluyan dicha práctica, llegando a despreciar a quienes proponen su realización.
  • Represión: muchas represiones sexuales dificultan el desarrollo de una conducta sexual sana, esto suele ser común en las personas mayores que no tuvieron la adecuada información; también una excesiva liberalidad en las relaciones, que suele ocurrir entre los jóvenes, suelen originar incomodidad si no se establecen vínculos afectivos.
  • Rigidez en roles de género: la defensa a ultranza de lo que puede hacer o no un género suele llevar a muchos desenfoque sobre lo que se debería hacer y cómo se debería actuar en las relaciones sexuales.
  • La educación familiar: la educación modelada por los padres puede llear a ser muy restrictiva y estricta, sobre todo en la mujer.
  • La belleza: la presión social para ser bello, tener un cuerpo agraciado y joven, la preocupación por mostrarse atractivo y seductor, por agradar y valorar nuestro cuerpo a través del filtro de los demás afecta a la propia vivencia sexual. 

Tipos de disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales pueden sufrirlas más del 50% de la población en algún momento de su vida. Sin embargo, lo importante es saber resolver la disfunción sin responsabilizar a la pareja sexual o culpabilizarnos a nosotros mismos por padecerla. Los tipos de disfunciones sexuales se pueden distinguir dependiendo de en qué fase se produzcan.
  • Fase de deseo:
    • Deseo sexual hipoactivo: disminución de fantasías y deseos sexuales de forma persistente o recurrente con falta de interés para mantener relaciones sexuales.
    • Aversión sexual: desagrado y aversión de relaciones sexuales.
  • Fase de excitación:
    • Trastorno de excitación sexual en la mujer: incapacidad para obtener o mantener una lubricación y otras respuestas fisiológicas de excitación.
    • Disfunción eréctil: trastorno de erección sexual en el hombre que le incapacita para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual.
  • Fase orgásmica:
    • Trastorno orgásmico: tanto en la mujer como el hombre es la ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase normal de excitación.
    • Eyaculación precoz y retardada: la primera se produce ante una excitación mínima y la segunda significa no poder llevarla a cabo en una relación sexual extensa.
  • Asociadas al dolor:
    • Dispaurenia: dolor genital asociado a la relación sexual.
    • Vaginismo: espasmos de la zona peritoneal de la mujer que interfiere en el coito.

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